En «La Casa del Niño», creemos que las actividades comunitarias no solo fortalecen los lazos sociales, sino que también fomentan la alegría y el aprendizaje compartido. Una tarde soleada de Salta se convirtió en el escenario perfecto para una experiencia inolvidable: la preparación de mermelada de mandarina.

Las mamás de nuestra comunidad se reunieron en la cocina, cada una aportando su toque especial y sus sonrisas contagiosas. Las cáscaras de mandarina se mezclaban con el azúcar mientras las risas llenaban la habitación. Era un momento de unión, donde la colaboración era el ingrediente principal.